Hace ya varios días escribí algo al respecto de lo que la jurimetría tenia como objeto y he iniciaba con una reflexión del economista Tom Peters que refiere lo siguiente:
Cuando el capital y la tecnología son accesibles a todos por igual, lo que marca la diferencia es la calidad del capital humano.
Es muy claro el mensaje que la tecnología podrá avanzar los pasos que ella misma desee, pero nunca podrá superar ese toque de calidez que el ser humano puede llegar a imprimir con respecto a sus tareas, a sus destrezas a sus enseñanzas.
En la actualidad que nos ha tocado vivir no se nos hace algo raro una imagen así, es decir, jóvenes que prefieren vivir sus vida en la virtualidad, en donde la tecnología toca parte de sus almas, las extrapola en una dimensión no cercana, en donde mas que platicar con la persona ubicada a lado, prefieren mandarse mensajes entre ellos, conectarse al chat y seguir platicando aun después de verse casi 10 horas en la escuela. Esa es parte de la realidad que le ha tocada vivir a las generaciones que nacieron en el “boom” de la tecnología o ciencia
En un futuro no muy lejano y que las personas un poco más longevas dirá que se denomina posmodernidad, tendrán dentro de sus imágenes considero algo así a su nieto o nieta ya con la tecnología dentro de sus sueños, o comerán tecnología, no discutirán ningún sólo problema que no tenga que ver con la tecnología.
¿Será a caso que nos habremos de olvidar en un futuro inmediato de poder degustar entre familia ciertos platillos apetecibles?
¿Nos olvidaremos de las buenas caminatas por el campo, y nos conformaremos con la caminata en realidad virtual?
¿Cambiaremos el rico calor que nos proporciona una fogata, por el absurdo screensaver de fuego?
Hoy lo único que nos queda es disfrutar a nuestras familias, a nuestros seres queridas, tan solo realicemos dicha actividad día con día aun que sea a la tía gorda que nos cae como tal…
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