miércoles, 21 de abril de 2010

AGANDAYAS O CHINGAS

Hace unos días atrás en la cátedra de Derechos Humanos, estábamos hablando sobre la cultura del agandaye, pero en realidad sabemos que significa ello, después de una búsqueda en el Dr. Google, localice una pagina interesante con la siguiente información:

La primera documentación literaria de esta palabra en castellano con el sentido de “ociosidad y bribonería” se remonta al año de 1646, en la novela picaresca tardía del Estebanillo, pero la acepción de “redecilla para recoger el cabello” no aparece sino hasta la edición de 1817 del Diccionario de la Academia. El antecedente inmediato del castellano gandaya y, como veremos al final, del portugués gandaia y del gallego gandaina es la voz catalana gandalla, que proviene, a su vez, del occitano antiguo gandir y ésta del gótico wandjan. La voz catalana gandalla significa “especie de redecilla para el cabello, tuna, vida holgazana”, probablemente porque los bandoleros catalanes de los siglos XVI y XVII llevaban el cabello recogido con gandall o gandalla, una especie de cofia de uso frecuente desde el siglo XV y que Fabra definió como “prenda para la cabeza, hecha de malla de seda, con una borla en la punta”.[1]

 

Es decir quien se porta como un gandaya, es un sujeto que suele ser  un “ladrón”, pues si, en la actualidad le decimos gandaya a la persona que se pasa un alto, que se mete a una fila, que se da una vuelta prohibida, ¿pero y que hacemos con ellos?, la verdad en lo personal, alguna vez reporte a un sujeto que se dio una vuelta prohibida en “u”, a un policía, pero el individuo que está para velar por la protección de la ciudadanía, me dijo –y a usted en que le afectaaaaa-, no lo pude creer y hasta me puse a pensar que hice mal en reportarlo pues no me afecto en nada, pero la verdad es que si afecta, puesto que en ocasiones sigo pasando por esa zona y recuerdo al policía pasivo sin hacer el menor movimiento por intentar salvaguardar la prohibición de “u”.

Pero en realidad considero que ser un gandaya, va más allá que ser un ladrón, es decir robarse una luz roja, dejar sin comer a un sujeto por sus ()() (jefes que no pagan a tiempo), o en su caso a los sujetos que con tan sólo una decisión pueden verse beneficiado, no olvidemos cuando vamos a una cita y el cliente le dice a uno –por favor me espera 10 minutos más voy saliendo de mi oficina- claro que ese tipo de comentarios nos con purga hasta lo más profundo de nuestra agenda. Sí ello no les ha pasado, quiero pensar que en las oficinas de gobierno, después de hacer una cola de como 3 horas llegas ante el encargado a entregar tus documentos, y te dice le falto 1 foto, ya que se requieren 4 y le decimos e incluso le leemos el formato que solo pide 3 pero el sujetos dice –lo siento joven si no me trae los documentos completos no se prosigue tu tramite-; señores y señoras, ser gandaya o agandayar a alguien o inclusive chingarse a alguien por el sólo gusto de hacerlo es algo que en ocasiones nos satisface en nuestro ego, pero el primero es ser un ratero o un tan sólo un sujeto falto de ética, mientras que el segundo (chingar), es colocar en movimientos todos y cada uno de nuestras capacidades para ser mejor que otro, siempre y cuando estemos en igualdad de posiciones,  cuantos de nosotros (as), no le hemos dicho a otro ser – TE CHIGUE-, mientras que otros solo te avisan, –TE AGANDAYO ESE WEY-, señores y señoras de todos y cada uno depende seguir con la cultura del agandaye, por lo pronto, he de re-significar mi vida y dejare éste vicio, me he dado cuenta que no es bueno.

 

 

[1] veáse http://www.jornada.unam.mx/2009/01/07/index.php?section=opinion&article=a07a1cul