Ser originario del centro de la república o del interior de país ocurre como en muchos países, se cree que todo lo que esta afuera de la localidad del centro de un país es una zona rural, en donde se consumen cosas raras pero sobre todo que se tiene una forma extraña de vida.
Y, Sí, en efecto los de provincia tienen detectados a los “defeños” como una versión light de los argentinos, ya que los consideran chocantes, prepotentes y que se creen merecer todo lo que tocan, mientras que los Capitalinos consideran a los regionalistas como retrasados en muchos de los aspectos tanto en educación, como en entretenimientos.
Pero aquí viene lo bueno, todos los aspectos son relativos, puesto que de una u otra forma las tendencias que se manejan en las situación que plantean es decir “no eres de aquí, mucho menos de allá”, pero lo que en realidad sucede son cuestiones que se puede describir como anacrónica, sí, puesto que cuando eres oriundo de otro localidad y vienes a radicar a una gran urbe, te enfrentas a una sobre población (te engentas) –debo aclarar que este término es defeño-.
Así mismo, te enfrentas a cuestiones, como por ejemplo, de vialidad, transporte, etc, pero la parte hermosa es visitar los museos, teatros, conciertos, zonas culturales, etc.
PERO, cuando estas en una localidad foránea, puedes hacer algo que no se realiza en el D.F., caminar por las calles en la noche, en donde la gente de dichas entidades suelen salir a tomar el “fresco”, en las puertas de su casa, así como el de proporcionar las buenas noches aunque no te conozcan.
Señores, cuando visitemos las localidades con la finalidad de visitar o radicar lo único que nos queda es aplicar el de “al lugar que fueres, haz lo que vieres” jejejeje.
Saludines.